Establecida
la unidad, la autonomía, simplicidad de
la razón y la necesidad de un método, Descartes pasa a elaborarlo.
La
ciencia progresa de forma ajena a la opinión, hagamos lo mismo con la
filosofía, veamos cómo conocemos
para después ver qué podemos conocer.
Los prejuicios y la educación
nos desvían del camino de la reflexión racional, así que las reglas son de gran
utilidad en la búsqueda de la certeza.
La propuesta cartesiana consiste en cuatro reglas ciertas y fáciles
para emplear las operaciones mentales, (intuición y deducción) con
seguridad. (II Parte del Discurso del
Método).
1. Regla
de la evidencia. “No admitir jamás como verdadera cosa alguna
sin conocer con evidencia que lo era (...) , y no comprender en mis juicios más
que lo que se presentase a mi espíritu tan clara y distintamente que no tuviese
motivo alguno de ponerlo en duda”.
Según Risieri Frondizi (filósofo argentino) en su introducción al
Discurso del Método de su obra "Descartes" se derivan tres preceptos:
1. No juzgar antes de que el juicio se nos aparezca como evidente. 2. No juzgar
a base de ideas preconcebidas y 3. No juzgar más allá de lo que se nos aparece
como claro y distinto.
2. Regla del análisis. “Dividir cada una
de las dificultades que examinase en
tantas partes como fuese posible, y cuantas requiriese se mejor solución”.
La división tiene por
finalidad alcanzar las naturalezas simples, último término del conocimiento
(por intuición). El análisis es el método del descubrimiento ( ars inveniendi).
3. Síntesis. “Conducir
ordenadamente mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y
fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco (...) hasta el conocimiento
de los más compuestos”.
La síntesis es el método de
la demostración (ars demonstrandi). Comenzamos por los primeros principios o
demostraciones más simples percibidas intuitivamente y procedemos a deducir de manera ordenada asegurándonos de
no omitir ningún paso y de que cada nueva proposición se siga realmente de la
precedente.
4. Comprobaciones.
“Hacer en todo enumeraciones tan completas, y revisiones tan generales, que
estuviera seguro de no omitir nada “.
Es un procedimiento
subsidiario destinado a la seguridad. Es necesario que el examen del tránsito
de una verdad a otra se haga por
"un movimiento continuo y no
interrumpido del pensamiento" pues si la enumeración no es completa, se
pone en peligro la certeza de la conclusión.
Así, la primera regla presupone una confianza plena en la razón, si
bien la interferencia de las pasiones puede hacerla fracasar. Por ello, esta
regla anuncia tomar solo como verdadero lo evidente. La evidencia es un intuición intelectual clara y distinta, y con
ella cae el criterio de verdad medieval de la adecuación del conocimiento a la
cosa (Realismo). Así, será verdadero aquello intuido por la razón clara y
distintamente, y lo deducido a partir de ello tras aplicar correctamente el
método. Sin embargo, encontrar una primera evidencia no va a ser tarea sencilla.
Los
éxitos conseguidos en la geometría y el álgebra prueban en primer lugar, que el
método funciona bien y asegura el correcto uso de la razón. En segundo lugar,
prueban que su ingenio (razón) se ha habituado a usar la intuición y la
deducción.
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