Pensamiento y Lenguaje.
Pensamiento
Guyton & Hall (2006) expresan que un pensamiento
deriva de un "patrón" de estimulación en
múltiples componentes del sistema nervioso al mismo
tiempo, que quizás implique por encima de todo a la
corteza cerebral, el tálamo, el sistema límbico y
la parte superior de la formación reticular en el tronco
del encéfalo.
Denominado la
teoría
holística de los pensamientos.
Según Worchel &Shebilske (1998) definen al
pensamiento como la actividad mental de manipulación de
los
símbolos. Las palabras son símbolos y a veces,
casi nos podemos oír usándolas mientras
pensamos.
Naturaleza del pensamiento
Guyton (1987) y Guyton & Hall (2001): Las zonas
estimuladas del Sistema Límbico, el tálamo y la
formación reticular determinan la
naturaleza general del
pensamiento, atribuyéndole cualidades especificas. Puede
ser agradable o desagradable como placer, dolor, comodidad,
modalidades toscas de sensación, localización en
grandes zonas del cuerpo. Sin embargo las zonas
específicas estimuladas de la corteza cerebral condicionan
los rasgos diferenciados del pensamiento, tales como:
-
La localización específica de las
sensaciones en la superficie del cuerpo y de los objetos en
el campo visual.
-
La sensación de la textura.
-
El reconocimiento visual de objetos.
-
Otras características individuales que entran
a formar parte del conocimiento global de un instante
particular.
Fisiología del pensamiento – Estructuras
cerebrales que intervienen
Cada pensamiento entraña unas
señales
simultáneas en muchas porciones de la corteza cerebral, el
tálamo, el sistema límbico y la formación
reticular del tronco del encéfalo. Algunos pensamientos
primitivos probablemente dependan casi por completo de los
centros inferiores; la idea del dolor puede ser un buen ejemplo
debido a que la estimulación eléctrica de la
corteza humana rara vez suscita algo más que un dolor
leve, mientras que en el caso de ciertas regiones del
hipotálamo, la amígdala y el mesencéfalo
puede provocar un dolor atroz. Por el contrario, un tipo de
patrón de pensamiento que requiere una gran
participación de la corteza cerebral es el de la
visión, debido a que la ausencia de la corteza visual
genera una absoluta incapacidad para percibir las formas visuales
o los
colores (Guyton & Hall, 2001).
El área de asociación pre frontal resulta
fundamental para llevar a cabo en la mente los procesos de
pensamiento. Se supone que esto depende en parte de las mismas
propiedades de la corteza pre frontal que le permite planificar
las actividades motoras; en este sentido, parece ser capaz de
procesar información tanto motora como no motora
procedente de amplias áreas del cerebro y, por tanto, de
alcanzar un pensamiento no motor.
La contribución de los lóbulos frontales,
parietales y temporales a los procesos cognitivos es aditiva, y
probablemente jerárquica. La información sensorial
es analizada en sus componentes. Los aspectos espaciales son
analizados por el lóbulo parietal, y los formales por el
lóbulo temporal. La información espacial y formal
progresa entonces hacia el lóbulo frontal y la
región temporal medial. Los procesos cognitivos dependen
de la actividad integrada de amplias áreas corticales y
subcorticales. De este modo son susceptibles de numerosos
trastornos por alteración de cualquiera de las zonas
(Pérez, 1998).
Área de asociación
prefrontal.
Icardo (2004), menciona que esta área se localiza
en el extremo anterior del lóbulo frontal, por de delante
de las áreas 6 y 8 y del área motora suplementaria.
Está desarrollada en los primates, y muy en especial, en
el ser humanos. El
diseño de sus conexiones responde a la
necesidad de integrar y organizar la información
procedente de varias modalidades sensoriales con
el estado
emocional y motivaciones del individuo. Interviene también
en la
integración necesaria para la ejecución de
movimientos complejos encaminados hacia un
objetivo, así
como en las tares mentales.
Esta área recibe aferencias de áreas de la
corteza parietal, temporal, occipital, y de la
circunvolución del cíngulo. También recibe
información del núcleo medial dorsal del
tálamo y del cuerpo amigdalino. Estas aferencias se
proyectan hacia las áreas pre motoras y motora
suplementaria, y hacia la corteza de asociación de los
lóbulos parietal y temporal.
El área de asociación pre frontal se le
considera un área de asociación importante para la
elaboración de los pensamientos, y se dice que almacena
"memoria operativa" a corto plazo que se emplea para combinar los
nuevos pensamientos al tiempo que están llegando al
cerebro.
Las
funciones del área de asociación
prefrontal se relacionan con lo que podemos denominar "conductas
superiores" y con la capacidad de futurización. Las
áreas prefrontales son importantes en el mantenimiento de
la
personalidad del individuo y en
la organización de la
conducta hacia una meta definida. Estas áreas participan
en tareas que requieren una demora entre el estimulo y la
respuestas, y en tareas cuya realización depende, en gran
parte, de las experiencias recientes.
Elaboración del pensamiento
Una de las funciones del área pre frontal es la
elaboración del pensamiento: esto no solamente en un mayor
grado de profundidad y abstracción en los diferentes
pensamientos reunidos a partir de múltiples
fuentes
información (Guyton & Hall
, 2006).
Esta capacidad de las áreas pre frontales para
seguir el hilo de muchos fragmento de información a la vez
y permitir la evocación instantánea de su contenido
cuando lo requieran los pensamientos ulteriores se denomina
"memoria operativa" del cerebro. Esta
propiedad podría
explicar adecuadamente las numerosas funciones cerebrales que
asociamos a la inteligencia superior. En realidad las
investigaciones han demostrado que las áreas pre frontales
están divididas en segmentos independientes destinados a
almacenar diversos tipos de memoria temporal, como una zona
dedicada a la forma y la configuración de un objeto o de
una parte del cuerpo y otra encargada de su
movimiento.
Al combinarse todos estos fragmentos transitorios que
integran la memoria operativa, surgen las capacidades
siguientes:
-
Pronosticar
-
Planificar el futuro
-
Retrasar la acción sucesiva a las
señales sensitivas recibidas de modo que sea posible
sopesar su información hasta decidir la respuesta
mejor elaborada
-
Plantearse las consecuencias de las acciones motoras
antes de llevarlas a cabo
-
Resolver problemas matemáticos, legales o
filosóficos complejos
-
Correlacionar todas las vías de
información para diagnosticar enfermedades
raras.
-
Controlar nuestras actividades en consonancia con
las leyes morales.
Se sabe que la destrucción de grandes porciones
de la corteza cerebral no impide que una persona tenga
pensamientos, pero sí reduce su profundidad y
también el grado de conciencia que ejerce sobre su
medio.
Trastornos del Pensamiento
Vallejo (2006), define que los trastornos del
pensamiento se han dividido en trastornos del curso y trastornos
del contenido del pensamiento.
Según el autor, algunos trastornos del
pensamiento se asocian típicamente con algunos trastornos
psiquiátricos determinados, si bien nunca son
patognomónicos, por lo que es necesario analizar la
totalidad de la clínica del paciente, así como su
historia clínica, antes de dar un diagnostico determinado
(p. ej., la fuga de ideas es muy típica de las fases
maniacas, si bien se puede dar también en otros
trastornos, como en algunas esquizofrenias y en algunos pacientes
con abuso de sustancias).
Trastorno del curso del pensamiento.
El curso de pensamiento se podría definir como la
manera en que la persona une ideas o asociaciones, o la manera en
que uno piensa, en cambio cuando existe un trastorno en el curso
del pensamiento aparece una dificultad o imposibilidad de seguir
el
discurso del paciente. Se subdivide en trastornos de la
velocidad y trastornos de la forma.
Trastornos de la velocidad.
Se registra la cantidad y la velocidad de los
pensamientos. Sus principales trastornos son los
siguientes:
Taquipsiquia o pensamiento acelerado: El
desarrollo del pensamiento es más rápido de lo
normal. Se aprecia una mayor tensión del pensamiento y
más espontaneidad. Disminución de latencia de
respuesta. Existe un aumento en la cantidad del habla
espontánea, y puede haber un cambio rápido de un
tema a otro. Se observa en los episodios maniacos, y por abuso de
sustancias. Y se asocia a la fuga de ideas.
Fuga de ideas o pensamiento ideofugitivo:
sucesión de asociaciones múltiples por lo que el
pensamiento parece saltar bruscamente de un tema a otro. El flujo
de palabras es continuo. El paciente habla sin cesar,
estableciendo escasas pausas, sin parecer cansarse. Se observa en
pacientes con episodios maniacos.
Bradipsiquia o pensamiento inhibido: El
pensamiento es escaso y está retrasado. El discurso es
más lento de lo normal. Existe un aumento en el periodo de
latencia de respuesta y un retraso y/o dificultad en la
asociación de ideas. Se observa en episodios de
depresión, por abuso de sustancias (
drogas,
fármacos).
Bloqueo del pensamiento: Es la
interrupción súbita del curso del pensamiento,
antes de completar una idea. Existe una parada en el discurso. El
paciente refiere la incapacidad de recordar lo que estaba
diciendo o lo que quería decir. Se manifiesta en la
esquizofrenia, e incluso en sujetos normales en situaciones de
ansiedad.
Trastornos de la forma propiamente
dicha.
Se evalúan la direccionalidad y la continuidad
del pensamiento. Sus trastornos son los siguientes:
Pensamiento circunstancial: La
información dada es excesiva, redundante y en su
mayoría no existe coherencia con la pregunta realizada.
Perdida de la capacidad de dirigir el pensamiento hacia un
objetivo. Existe
pobreza en el habla, ya que el paciente tiende a
dar todo tipo de detalles. Se observa en algunas epilepsias,
esquizofrénicos, pacientes con deterioro cognitivo o en
personas normales.
Pensamiento distraído: El paciente se
para en medio de una frase o idea y cambia el tema en respuesta a
estímulos inmediatos.
Pensamiento divagatorio: Escasa
productividad
ideativa. El sujeto recurre a palabras vacías, o al uso de
sinónimos, utilizando esta demora para conseguir ideas
útiles en su línea directriz. Se manifiesta en
trastornos de la memoria, así también en sujetos
con retraso mental.
Pensamiento tangencial: Incapacidad para la
asociación de pensamientos dirigidos a un objetivo. El
paciente pierde el hilo de la conversación. No existe
coherencia entre la pregunta y la respuesta dada. Se observa en
algunas esquizofrenias.
Pensamiento prolijo: Aparente sobreabundancia
de ideas. Dificultad en seleccionar las ideas (entre lo que es
esencia y aquello que es accesorio). El sujeto presenta un
lenguaje coherente, pero indirecto. Aparece en algunos tipos de
epilepsia.
Pensamiento perseverante o
perseveración: Repetición de la misma
respuesta ante diferentes preguntas. El paciente tiende a
permanecer fijado a unas cuantas ideas que se reiteran con
imposibilidad de establecer un curso fluido. Existe
escasez
ideativa. Es un deterioro en la
eficacia de la
comunicación. Se asocia a aquellos trastornos con
alteraciones en algunas áreas cerebrales prefrontales, con
algunas esquizofrenias y algunas demencias, entre
otras.
Disgregación: Pérdida de la idea
directriz como consecuencia de la rotura de las asociaciones
normales, fluyendo los pensamientos sin conexión
lógica. El paciente se desliza de un tema a otro, pudiendo
o no haber relación aparente entre ellos. Existe falta de
coherencia en las palabras o silabas, a pesar de existir una
construcción gramatical. El contenido se vuelve absurdo e
incomprensible. Se puede manifestar en la
esquizofrenia.
Incoherencia: Alteración extrema en la
construcción de frases que hacen que el lenguaje sea
incomprensible. El discurso se vuelve inteligible. Existe a la
vez una falta de idea directriz global y también ausencia
de conexión significativa lógica entre diversas
palabras. La capacidad comunicativa es mínima y el
lenguaje es incomprensible. Se puede asociar con trastornos del
lenguaje como neologismo, paralogismo, o ensalada de palabras. Es
propio de la esquizofrenia.
Asociación rítmica: Se asocia por
el
sonido de las palabras y no por su significado.
Alogia: Clásico síntoma negativo
de la esquizofrenia, se expresa como un importante
empobrecimiento del pensamiento y de la cognición. Los
procesos del pensamiento parecen vacios, lentos y rígidos.
Dificultad en generar temas y dotarlos en una información
adecuada, por lo tanto, el discurso del paciente aparece
empobrecido y de un contenido vacío.
rastornos del contenido.
El pensamiento se podría definir como aquello que
la persona verdaderamente piensa sobre algo, como ideas,
creencias, preocupaciones, obsesiones, delirios, etc. No todas
estas ideas son patológicas:
Preocupaciones: Son temas predominantes en
pensamiento del paciente, que se reflejan en el lenguaje
espontaneo. Es normal es situación de
estrés.
Ideas falsas o erróneas: Se trata de
ideas falsas, pero que son corregibles y reversibles, de manera
que pueden ser cambiadas bajo un razonamiento adecuado, a
diferencia de la ideación delirante. Aparece en la vida
diaria, por falta de información al tema al que responde
la idea.
Ideas sobrevaloradas: Ideas que ocupan un lugar
central en la vida de la persona, con tono afectivo y un
significado propio, a las cuales gira la conducta del paciente.
Implicación emocional en las ideas. Se trata de creencias
y no de convicciones. Se puede afirmar que se trata de
afirmaciones exageradas por parte del paciente, mantenidas con
una persistencia más allá de lo
razonable.
Ideas obsesivas: Son ideas, pensamientos,
imágenes o impulsos repetitivos, no deseados e
irracionales, que el paciente reconoce como absurdos e
irracionales, que se imponen al paciente y crean una gran
ansiedad. Son pensamientos intrusos, parásitos,
repetitivos y egodistónicos. Escapan del
control del YO y
el paciente intenta luchar contra ellos. Son propias del
trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Ideas fóbicas: Temor angustioso y miedo
excesivo, anormal y persistente provocado por un objeto o
situación en teoría no peligrosos. Reacción
desproporcionada con la causa que las provoca, y la
relación objeto-situación con la respuesta de miedo
resultante es irracional. El sujeto critica lo absurdo de su
reacción. Son ideas incontrolables con la voluntad, que
provocan la huida o la evitación del objeto o
situación temida. Aparece ante la presenta del objeto
fóbico.
Pensamiento mágico: Creencia que las
palabras, ideas o acciones pueden determinar o impedir un suceso
por
medios mágicos, sin tener en cuenta las leyes de la
causalidad lógicas. Se dan en el TOC, en el
juego
patológico, en algunas esquizofrenias y también en
algunos sujetos normales.
Es el resultado de una actividad nerviosa compleja, que
permite
la comunicación interpersonal de estados
psíquicos a través de la materialización de
signos multimodales que simbolizan estos estados, de acuerdo con
una convención propia de una
comunidad
lingüística (Pérez, 1998).
Es un proceso y un producto de la actividad de un sujeto
que le permite comprender y producir mensajes. (Santiago de
Torres, J. et al, 2006)
La logopedia (
logos: palabra y
paideia:
educación) se encarga del estudio del
lenguaje y de la corrección de sus trastornos. El lenguaje
tiene como función básica la comunicación
mediante símbolos. (García, López,
Sánchez y otros, 2004).
Fisiología cerebral del Lenguaje
El cerebro humano dividido en dos hemisferios, izquierdo
y derecho, se conectan por haces de fibras cruzadas que permiten
que la información fluya entre ellos (Reyes & Camacho,
2007). La más relevante de estas haces es el conocido como
cuerpo calloso. El córtex es la superficie del
cerebro, y una
observación detallada del mismo nos permite
ver unas especies de prominencias y depresiones que reciben el
nombre de
giros y surcus, respectivamente.
El anatomista Korbiniam Brodmann distinguió
diferentes áreas funcionales en la corteza cerebral
basándose en la
estructura de las
células, en la
densidad de éstas y su
distribución
característica en capas. Estableciendo que la corteza se
dividía en 51 áreas. Las áreas que
intervienen en el lenguaje son las 44 y 45, que coinciden con el
área de Broca, y las áreas 21 y 22 con el
área de Wernicke.
Aspectos receptivos y expresivos del lenguaje
Pérez (1998), sostiene que el cerebro
actúa en el lenguaje por medio de un sistema funcional
complejo, con dos subsistemas:
Primario: oír y hablar
Secundario: leer y escribir
Polo Receptivo.
Interno. Nervio auditivo. VIII par craneal
-
Recepción: área auditiva primaria.
Área 41
-
Análisis fonémico en el lóbulo
temporal. Discriminación de rasgos fonémicos
significativos. Área de Wernicke, correspondiente al
área 22 del hemisferio izquierdo.
-
Comprensión de sintagmas. Áreas
terciarias, 39 y 40 del hemisferio izquierdo.
-
Reconocimiento general de la comunicación.
Implica áreas frontales posteriores y
frontales.
Polo Expresivo.
-
El lenguaje oral se logra a partir de una
combinación de músculos activados por la
vía motora, que manda impulsos al sistema
bucofonatorio.
-
El sistema central del lenguaje está
constituido por las áreas cerebrales asociativas del
hemisferio izquierdo. Corresponde a la zona irrigada por la
arteria cerebral media.
Las lesiones a este nivel impiden la repetición,
y suelen provocar trastornos afásicos.
Las lesiones en las zonas terciarias impiden la
extracción de la significación y la
ordenación de las unidades lingüísticas en los
procesos expresivos. Disminuyen la capacidad de emplear un amplio
vocabulario.
Cuando alguien lee una palabra (escrita) se requiere la
cooperación de varias áreas y córtex del
cerebro. ¿Qué pasa en el cerebro cuando se lee una
palabra?
Cuando una persona ve en pantalla la palabra
Amanecer y luego la pronuncia. Ocurre lo
siguiente:
La sensación se registra en el córtex
visual primario (1), luego se transmite al giro angular (2) que
asocia la forma visual con la parte fonológica en el
área de Wernicke (3), luego esta representación se
transmite del área de Wernicke al área de Broca
(4), a través de un haz de fibras nerviosas llamado
fascículo arqueado (5). En el área de Broca la
palabra evoca un detallado programa de articulación y a su
vez el córtex motor (6) pone en movimiento los
músculos de los labios, de la lengua, de la faringe y de
todos los músculos necesarios para pronunciar la palabra
Amanecer.
Estructuras corticales y subcorticales que intervienen
en el lenguaje
-
- Estructuras corticales.
La conducta compleja requiere redes neurales de gran
magnitud. El lenguaje depende de una red neural compuesta por
otras redes locales separadas e interconectadas. Son
básicas las áreas de Broca y de Wernicke, pero
interaccionando con otras regiones cerebrales (Pérez,
1998).
La zona del habla corresponde a la superficie cortical
irrigada por la arteria cerebral media en el hemisferio
izquierdo. En la zona del habla se localiza el área de
Broca, el área de Wernicke y el Fascículo arqueado,
que establece la comunicación entre ambas.
Las lesiones en la zona del habla provocan afasia por
desintegración, que se caracterizan por la imposibilidad
de repetición.
Organización de las áreas de
asociación somática, auditiva y visual; quienes
proveen información al área de wernicke, situada en
la porción posterosuperior del lóbulo temporal. Se
observa también el área prefrontal y el área
del lenguaje de Broca en el lóbulo frontal.
Áreas corticales del habla y el
lenguaje en la corteza cerebral humana (hemisferio izquierdo).
Las lesiones en la región frontal anterior denominada
área de Broca alteran la
producción del habla; la
alteración de un área de la corteza
parieto-temporal denominada área de Wernicke perturba la
comprensión del lenguaje; la lesión del giro
supramarginal impide la repetición de la palabra
oída.
Área de Broca.
Es una región especial en la corteza frontal, que
dota a esta de los
circuitos nerviosos para la formación
de las palabras. Esta área en parte está situada en
la corteza pre frontal posterolateral y en parte en el
área pre motora. Es aquí donde se ponen en marcha y
se ejecutan los planes y los patrones para la expresión de
cada palabra o incluso de frases cortas. Esta área
también funciona íntimamente vinculada al centro
para la comprensión del lenguaje de Wernicke en la corteza
de asociación temporal (Guyton & Hall
,
2006).
A través de
investigaciones se sabe que cuando
una
persona ya ha aprendido un idioma y a continuación
aprende otro nuevo, el área cerebral donde se guarda este
último queda un poco apartada del área dedicada a
almacenar el primero. Por el contrario, si los dos idiomas se
aprenden a la vez, se depositan juntos en la misma área
del
cerebro.
Corresponde al pie de la tercera circunvolución
frontal del hemisferio izquierdo, muy cerca del área de la
cara del homúnculo
motor (área 44), pero existen
otras zonas relacionadas (Pérez, 1998); en el
modelo de
Mesulam abarca:
-
Area 44 (córtex premotor).
-
Córtex premotor: área 6
-
Córtex heteromodal frontal: 45, 47 y
12
Se encarga de la
producción de movimientos
relacionados con el habla.
La lesión de esta zona produce afasia de broca:
disminución marcada de la fluencia verbal, trastornos de
pronunciación (disartria), incapacidad de repetir,
comprensión conservada.
Sustenta la
función sintagmática: polo
sintáctico articulario de la
red neural para
el lenguaje.
Constituye un nódulo para la transformación de las
representaciones neurales de las palabras (originadas en el
área de Wernicke y en otras zonas cerebrales) en las
correspondientes secuencias articulatorias.
-
Secuencia fonemas, morfemas e inflexiones en las
palabras.
-
Secuencia las palabras en frases.
-
Actúa sobre la sintaxis. Ordena y organiza la
pronunciación de las palabras seleccionadas por el
área de Wernicke.
La lesión del área de broca comporta
trastornos en la
producción más dificultades en la
comprensión de frases en las que el significado sea
dependiente del orden de las palabras y del significado de las
preposiciones. Suele acompañarse de hemiplejía
derecha.
Área de Wernicke - (Un área general de
interpretación).
Las áreas de asociación somática,
visual y auditiva se reúnen entre sí en la parte
posterior del lóbulo temporal superior, donde convergen
los lóbulos temporal, parietal y occipital. Esta zona de
confluencia entre las distintas áreas de
interpretación sensitiva está especialmente
desarrollada en el lado dominante del cerebro (el lado izquierdo
en casi todos los diestros) y ocupa el lugar más
importante entre todos los elementos de la corteza cerebral con
vistas a alcanzar los niveles de comprensión más
altos del funcionamiento cerebral que llamamos
inteligencia. Por
ello, esta región ha recibido diferentes nombres
indicativos de su importancia prácticamente global: el
área interpretativa general, el área cognoscitiva,
el área del
conocimiento, el área de
asociación terciaria, etc. El más conocido es el
área de Wernicke, en honor del neurólogo que
describió por primera vez su especial trascendencia para
todos los
procesos intelectuales. (Guyton & Hall
,
2006).
El área de Wernicke corresponde a las regiones
posteriores de la primera circunvolución temporal, y
alcanza zonas parietales adyacentes, especialmente el giro
angular (Pérez, 1998).
-
Tercio posterior del giro temporal superior. Parte
posterior del área 22.
-
Al córtex de asociación auditiva de la
zona posterior del giro temporal superior se le añaden
las zonas adyacentes de las áreas heteromodales 37, 39
(con papel en la lectura), 40 (giro
supramarginal).
Sustenta la función paradigmática:
área del polo semántico - léxico de la red
del
lenguaje. Selecciona las palabras más adecuadas
(Pérez, 1998).
-
Input: convierte las secuencias auditivas
en representaciones neurales de las palabras. Luego se
desencadenan las asociaciones que subyacen al
significado.
-
Output: Vía final común para
la transformación de los pensamiento en las palabras
que se corresponden con el significado subyacente. La
lesión altera la asociación de las palabras con
los pensamientos y produce un habla vacía.
Los tipos de pensamiento que pueden aparecer abarcan
complejas escenas visuales que podrían recordarse de la
infancia, alucinaciones auditivas como una pieza musical
específica, o incluso una frase pronunciada por una
persona concreta. Por esta razón se cree que la
activación del área de Wernicke es capaz de evocar
patrones de
memoria complejos que entrañen más de
una modalidad sensitiva, aun cuando la mayor parte de los
recuerdos particulares puedan estar almacenados en otros lugares.
Esta idea encaja con la importancia que tiene esta área
para interpretar los significados complicados presentes en los
diferentes patrones de las experiencias sensitivas (Guyton &
Hall
, 2006).
La lesión en esta zona produce afasia de
Wernicke, caracterizada por pérdida masiva de la
comprensión (sordera verbal), incapacidad de repetir,
habla fluida pero llena de parafasias, que la hacen
incomprensible. Existen grandes dificultades para la
lectura,
proporcionales a la afectación del giro angular. Tras una
lesión grave en el área de Wernicke, la persona
afectada podría oír perfectamente bien e incluso
reconocer las diversas palabras, pero aún así ser
incapaz de organizarlas en un pensamiento coherente. En este
mismo sentido también puede ser capaz de leer palabras en
una página impresa, pero no de identificar el pensamiento
encerrado en ellas (Pérez, 1998).
Las áreas de Broca y Wernicke, están
implicadas en los aspectos expresivos
motores y receptivo -
sensoriales del lenguaje oral y escrito (lectura y
escritura).
También forma parte de los
sistemas neurales para
las
praxis y
la memoria verbal.
Existen otras
estructuras necesarias para el lenguaje,
así como sus conexiones con el resto del
sistema para el
lenguaje:
Fascículo Arqueado.
Es un haz de fibras que conecta el área de
Wernicke con el área de Broca, vehiculizando la
expresión verbal del lenguaje. Conecta el córtex
temporal, parietal y frontal bidireccionalmente. Forma parte de
la red necesaria para ensamblar fonemas en morfemas,
operación imprescindible para la vocalización o la
expresión interna de una palabra (Pérez,
1998).
Su lesión produce afasia de conducción,
caracterizada por incapacidad para repetir lo
oído, con
habla fluida y conservación de la
comprensión.
Cuando se oye una palabra (a) la
sensación procedente del oído es recibida en la
corteza auditiva primaria. Pero la palabra no puede comprenderse
hasta que la señal es procesada en la cercana área
de Wernicke. Si la palabra ha de pronunciarse se ha de transmitir
una representación de ella del área de Wernicke al
área de Broca a través de un haz de fibras
nerviosas denominado fascículo arqueado. En el área
de broca la palabra evoca un
programa detallado para la
articulación que es posibilitada por el área de la
cara de la corteza motora. A su vez la corteza motora dirige los
músculos de labios,
lengua, laringe, etc.
Cuando se lee una palabra escrita (b), la
sensación se registra primero sobre la corteza visual
primaria. Se cree que luego pasa al giro angular que asocia la
forma visual de la palabra con el patrón auditivo
correspondiente en el área de Wernicke
Giro Angular.
Corresponde al área 39 de Brodmann. Constituye un
relevo entre las zonas auditivas y visuales.
Su lesión desconecta los sistemas implicados en
el lenguaje auditivo y visual, alterando las lecturas y otras
funciones.
Área motora suplementaria.
Corresponde a la zona premotora superior y medial, a la
parte interhemisférica del área 6.
La lesión del área suplementaria izquierda
provoca una afasia motora transcortical, caracterizada por escasa
fluencia y preservación de la repetición. Aparece
acinesia y mutismo. Se altera
la motivación para la
comunicación (Pérez, 1998).
El área motora suplementaria presenta importantes
conexiones con el estriado. Parece ser una zona de "inicio del
habla".
Otras zonas corticales.
Las áreas heteromodales de asociación
temporoparietal son cruciales para los
proceso de enlace de las
palabras con su significado.
El córtex prefrontal heteromodal participa en la
recuperación de palabras desde sus categorías supra
ordinadas.
El hemisferio derecho interviene en los aspectos
prosódicos y paralingüísticos.
Áreas subcorticales que intervienen en el
lenguaje.
Tálamo.
Existe un mecanismo talámico que modula
específicamente el recuerdo de la
información
verbal.
Algunos núcleos talámicos son clave para
el lenguaje, especialmente los anterolaterales izquierdos. La
afasia es logorreica (elevada fluencia) con conservación
de la repetición.
Aparecen alteraciones similares de la afasia de
Wernicke.
Las lesiones del tálamo izquierdo alteran la
memoria verbal y pueden provocar síndromes
afásicos.
Núcleo caudado.
Esta zona es esencial para el procesamiento del
lenguaje, y está conectada con áreas corticales
relacionadas con audición,
movimiento, memoria, toma de
decisiones y emoción. Tiene un papel central en el
aprendizaje de hábitos (procedimental). Forma parte del
sistema necesario para el procesamiento automático de
estructuras de frases empleadas frecuentemente.
La lesión de la cabeza del núcleo caudado
izquierdo afecta a la expresión verbal y escrita,
especialmente a su coherencia y
organización.
Lesiones en la cabeza del núcleo caudado
izquierdo y de la sustancia blanca en el brazo anterior de la
cápsula interna provocan afasias con rasgos de diversas
afasias clásicas.
Además del nervio vestíbulo coclear, los
nervios craneales implicados en el lenguaje son:
-
El nervio vago: es un nervio mixto y se
distribuye de manera muy amplia en cabeza, cuello,
tórax y abdomen. Sus fibras motoras se originan en un
núcleo de la médula oblongada y terminan en los
músculos de faringe, laringe, vías respiratoria
y corazón; esófago, estomago, intestino
delgado, intestino grueso y vesícula biliar (Tortora,
1984).
-
El Hipogloso: también es un nervio
mixto. Sus fibras motoras tienen origen en un núcleo
de la medula oblongada, atraviesan el hipogloso e inervan los
músculos linguales; estas fibras transmiten impulsos
relacionados con la articulación del lenguaje y la
deglución. La lesión del hipogloso da como
resultado dificultad para la masticación,
articulación del lenguaje y la deglución. Al
llevar la lengua hacia delante esta se desvía hacia el
lado afectado mismo que experimenta atrofia.
El corte de ambos nervios en la porción superior
del cuerpo interfiere con la deglución, origina
parálisis de las cuerdas bucales e interrumpe la
transmisión de sensaciones provenientes de muchos
órganos (Tortora, 1984).
Alteraciones del lenguaje
Las alteraciones del lenguaje, se originan por lesiones
en los centros de control o producción del lenguaje, entre
ellas se conocen la afasia, disartria y diprosodia.
Afasia.
García, López, Sánchez y otros,
2004, específicamente Sánchez Barbero, indica que
el término afasia define cualquier alteración en la
percepción y/o expresión del lenguaje, como
consecuencia de una lesión cerebral. Sánchez
manifiesta que dependiendo de la localización de la
lesión y su extensión existen varios tipos de
afasia, tal como se describen a continuación.
Tipos de Afasia.
Una forma práctica de describir las afasias es
entendiendo la localización de la
lesión.
Afasias Puras.
Esta denominación se emplea para describir
aquellas afasias que afectan exclusivamente a la capacidad de
recepción o a la expresión del lenguaje hablado o
escrito. Entre las que figuran la alexia sin agrafia, la agrafia,
la sordera pura y la anartria.
Alexia sin agrafia: afecta únicamente a
la lectura, sin alteración de otras funciones
verbales.
Agrafia: afectación exclusiva de la
escritura, manteniendo con normalidad la capacidad de lectura y
el lenguaje oral.
La sordera verbal pura o enfermedad de
Lichtheim: cuando hay una desconexión entre las
áreas relacionadas con la interpretación de los
sonidos verbales, el área auditiva primaria y el
área de Wernicke. El paciente oye lo que se dice pero no
lo comprende porque es incapaz de traducir el contenido del
mensaje. No obstante se conserva el lenguaje escrito, la
capacidad de lectura y el lenguaje oral.
La anartria Pura: se corresponde con un
síndrome fonético – articulatorio que
dificulta la expresión, sin sufrir alteración de la
comprensión, la lectura y la escritura. Su correlativo
anatómico es una desconexión entre el área
de Broca y las áreas motoras primarias dinamizadoras del
movimiento de los órganos fono articulatorios.
En Alteraciones de la expresión verbal las
lesiones más frecuentes son aquellas que tienen que ver
principalmente con la afectación de la expresión
verbal, de origen sensorial o motor y que repercuten en menor o
mayor grado sobre la
lectoescritura. Según García,
López, Sánchez y otros, 2004; dos de las más
estudiadas son las afasias de Broca y Wernicke.
Afasia de Broca.
Conocida también como
afasia verbal, afasia
motora o eferente, afasia no fluida, afasia de expresión o
afasia anterior, se origina por una lesión en la
parte posterior de la tercera circunvolución frontal
izquierda que se corresponde con el área 44 – 45 de
Brodmann o área de Broca. La lesión de esta
área que junto con el área 40 del lóbulo
parietal, participa en la
coordinación de los movimientos
de los órganos fonoarticulatorios, da lugar a movimientos
desorganizados (apraxia) que entorpecen la expresión
oral.
En esta afasia, se presentan dos fases:
"fase
aguda" en la que tras una hemorragia, trombosis o
traumatismo cerebral, se caracteriza por la suspensión
total del lenguaje espontáneo.
"fase de estado",
conforme la persona se recupera, inicia un lenguaje
característica de reducido vocabulario y con graves
problemas sintácticos: emisión de frases sencillas
y cortas, casi telegráficas, utilizando sólo
aquellas palabras imprescindibles, nombres y adjetivos en
singular, verbos en infinitivo y supresión casi completa
de artículos, preposiciones, conjunciones, etc.
Aquellas personas afectadas si son conscientes de su
enfermedad emplean una expresión verbal lenta y
premeditada, lo que unido a su dificultad articulatoria hace que
repita palabras, frases y exclamaciones sobre aprendidas
(estereotipias verbales), a veces sin sentido, para manifestar
cualquier idea o sentimiento.
a alteración de la
comprensión auditiva
es mínima respecto a la expresión. Más
afectada está la comprensión del lenguaje escrito y
la expresión escrita, en ocasiones abolida o reducida a
sencillas estereotipias
gráficas como cruces o
círculos. Así también la afasia de broca se
ve acompañada de una baja capacidad para denominar
objetos, que pueden mejorar si se le dan pautas fonéticas
o de contexto. Acompañando las manifestaciones
lingüísticas, la afasia motora se presenta
acompañada de dificultades para realizar movimientos
bucofaríngeos que pueden dificultar la
deglución.
Afasia de Wernicke.
Conocida también como afasia acústica,
sensorial, receptiva o sintáctica y se debe a la
lesión de la zona posterior de la circunvolución
temporal superior izquierda, área 22 de Brodmann o
área de Wernicke. Por ser un área perceptiva su
lesión origina una agnosia referida a la
información verbal; el paciente oye pero no comprende las
palabras.
En este tipo de afasia falla la identificación
del
sonido con los fonemas correspondientes y la
asociación de los fonemas con s significado, es decir
fallas la
estructura básica de la propia lengua, el
lenguaje interno, aprendido mediante la asociación
sonido-fonema. Resulta de ello la falta de comprensión
verbal y la incapacidad para transformar los sonidos en un habla
coherente. En la emisión oral se confunde las
características fonéticas, tanto por problemas de
selección como de control, cometiendo frecuentes
equivocaciones que afectan a un fonema dentro de una palabra
(
parafasia literal o fonémica) o de palabras
completas (
neologismos), que originan una jerga propia
sin sentido. La persona no es consciente de sus errores
(
anosognosia) y al contrario que el afásico de
Broca se
muestra cordialmente "dicharachero".
La afasia de Wernicke está acompañada de
errores en la escritura similares a los del lenguaje verbal,
así como alteraciones en la verbalización de la
lectura y en la comprensión de lo escrito.
Afasias de conducción.
Cuando las alteraciones del lenguaje se originan por la
interrupción de las fibras que conectan dos centros
corticales diferentes.
Afasia Central o afasia motora aferente: por
lesión de las fibras arqueadas del fascículo
longitudinal superior que unen el área sensorial de
Wernicke y el área motora de Broca. La
característica principal es la dificultad para la
repetición de lo que se oye y se comprende perfectamente,
en casos graves hay la imposibilidad de repetir simples
fonemas.
Alexia con agrafia: Surge de la
desconexión entre el área de wernicke y el
área 39 o de Déjerine. La persona oye y entiende lo
que se dice, pero se rompe la asociación aprendida grafema
– fonema, lo que dificulta tanto la lectura de letras y
números, como la escritura donde se observa desorden de
palabras y frases dentro del espacio escritural (escritura
torcida, alteración de los márgenes, etc.). En su
manifestación más aguda se anula totalmente la
capacidad de leer y escribir y no es infrecuente que estos
trastornos se entremezclen con parafasias y anomias.
Afasias marginales o
transcorticales.
Hablamos de aquellas lesiones que afectan los bordes o
los márgenes de los centros del lenguaje,
aislándolos del resto de la neocorteza, sobre todo
prefrontal, y se dividen en dos
grupos, afectación a las
áreas posteriores (afasia sensorial transcortical) o a las
áreas anteriores (afasia motora transcortical).
Afasia sensorial transcortical: hay una
expresión oral y de repetición normales que
permiten un lenguaje fluido, a veces ecolálico, pero con
una pobre comprensión de lo que se dice. Sus
características son similares a los del afásico de
wernicke, pero con conservación de la comprensión
auditiva, porque la falla es el paso del significante sonoro al
significado. La lectura es casi normal, incluso en voz alta, si
bien está afectada la comprensión de lo que se lee.
La escritura conserva los grafismos normales, pero es mejor la
realizada al dictado que la espontánea.
Afasia motora transcortical: denominada
también
adinamia verbal, afasia dinámica o
síndrome de aislamiento anterior; se caracteriza por
la falta de iniciativa para la expresión oral o escrita
espontánea, llegando en los casos graves a un mutismo
total. Contrario a la afasia transcortical sensorial, en la
motora hay una dificultad para pasar de los significados
(conceptos) a los significantes (palabras), aunque la
comprensión de los sonidos verbales y de los grafemas
leídos son normales y la repetición buena, si bien
a veces es ecolálica.
Dentro de la afasia transcortical motora se presenta una
variante que es la
afasia anómica, amnésica
o semántica, se presenta por lesión difusa
o parcial de las áreas 37 y 39; su síntoma clave es
la anomia, que acompaña a la mayoría de las
afasias. Hay dificultad para encontrar y seleccionar el vocablo
adecuado a lo que quiere expresar, especialmente los sustantivos
asociados a un objeto. Pese a ello hay un mejor recuerdo de
conceptos abstractos, las desinencias verbales y las
partículas que dan forma a la oración, como las
preposiciones. Se presenta lenguaje con frases inacabadas, pobres
en sustantivos, vocablos mal seleccionados, lo que sorprende
frente a una buena comprensión auditiva, una buena
repetición y una lectura normal, aunque en la escritura si
repercute.
Afasia transcortical mixta o síndrome de
aislamiento del lenguaje: se origina por lesiones masivas a
nivel fronto – parietal. Implica comprensión muy
alterada del lenguaje espontáneo, tanto oral como escrito,
pero se preserva la capacidad de repetición a menudo
ecolálica.
Afasias Subcorticales.
Las lesiones de la sustancia blanca subcortical originan
varios subtipos de afasias denominadas comúnmente
afasias subcorticales. Se caracteriza por su
naturaleza
transitoria y por afectar a las zonas talámicas y
cápsulo-putaminales. En primer lugar pasan por un
estado
de mutismo que puede evolucionar hacia una expresión
verbal con parafasias, hipofonía, etc. Y en algunos casos
con síntomas neorológicos graves, como la
hemiplejia.
Otras afasias.
Son pocas las personas cuyos centros de lenguaje no se
encuentran ubicados en el hemisferio izquierdo del cerebro,
aproximadamente sólo un 5% de las personas diestras y un
30% de los zurdos. En ellos la representación de las
funciones del lenguaje se ubica en el hemisferio cerebral
derecho; menos frecuentemente existe una
lateralización incompleta. Las alteraciones del
lenguaje en estos individuos se han denominado
afasias
cruzadas.
Pero la afectación del lenguaje más grave
corresponde a la afasia global.
Afasia Global: resulta del
daño masivo
de todos los centros del lenguaje, que determina la
anulación prácticamente total de la
expresión y una fuerte reducción de la
comprensión verbal. Del mismo modo la escritura suele
quedar casi bloqueada. Por lo que algunos autores la definen como
la
"suma de las afasias de Broca y de
Wernicke".
Disartria.
Es un trastorno específico de la
articulación del lenguaje y la voz. Las bases del lenguaje
(
gramática, comprensión, etc.) están
intactos (García, López, Sánchez y otros,
2004).
Diprosodia.
Es una alteración en la
modulación y ritmo
del habla (García, López, Sánchez y otros,
2004).
Las lesiones que afectan a las áreas
correspondientes a las del lenguaje en el hemisferio no
dominante, refieren Guyton & Hall (2006),
producen:
Aprosodia sensitiva.
Incapacidad para comprender las cualidades emocionales
del lenguaje.
Aprosodia motora.
Incapacidad para impartir un contenido emocional al
lenguaje.
Terapias de lenguaje
La terapia del lenguaje tiene que ver con todo lo que se
refiere a comunicación. Esto significa que trata con temas
relacionados con lenguaje (sistema de comunicación), habla
(la manera en que cada ser humano utiliza la lengua nativa para
comunicarse), y la voz (palabra o vocablo que espira una persona
para comunicar).
Hay que tener presente que si una persona no emite
sonido existen otras formas de comunicarse. Es ahí donde
interviene activamente el terapeuta del lenguaje para proveer de
herramientas y crear un
método conveniente para que exista
interacción. En el caso de los sordos con su lenguaje de
señas, el papel específico del terapeuta del
lenguaje no es enseñarle dicho lenguaje signado, sino
llevarlo a controlar sus órganos fono articulador para
utilizar la voz y desarrollar una lectura labial y dar
significado a las palabras para potenciar lo que posean de
audición y enlazar una conversación. En el caso de
una persona que perdiera su capacidad para mover el cuerpo con
facilidad por causa de un derrame o una parálisis
cerebral, se le puede adaptar un sistema de comunicación
alternativo que basará la expresión de sus ideas y
necesidades en la combinación de señalamientos con
afirmaciones (un "si") o negaciones (un "no").
Entonces, el terapeuta del lenguaje buscará
maximizar las capacidades de una persona para comunicarse,
dará pautas para cuidados de la voz en personas con
actividades que implican un esfuerzo vocal como predicar, cantar,
hacer locución, impartir clases, entre otros.
Los problemas más frecuentes del lenguaje
son:
Dislalias (problemas de articulación).
Disfemias (problemas de tartamudez).
Retrasos del lenguaje.
Disfasias, afasias, apraxias.
Ejercicios de soplo.
Soplar una corneta o silbatos.
Aprovechar el baño para soplar las burbujas del
jabón.
Inflar globos.
Hacer bolitas de papel y pedirle que las sople en una
superficie plana como
juego.
Ejercicios de labios.
Apretar los labios y aflojarlos sin abrir la
boca.
Separar ligeramente y juntar los labios con
rapidez.
Sonreír sin abrir la boca y posteriormente
reír.
Proyectar los labios hacia la derecha y hacia la
izquierda.
Oprimir los labios uno con otro, fuertemente.
Sostener un lápiz con el labio superior a modo de
bigote.
Inflar las mejillas y al apretarlas con las manos hacer
explosión con los labios.
Abrir y cerrar la boca como si bostezara.
Ejercicios de lengua.
Sacar la lengua lo máximo posible y volverla
dentro de la boca en movimientos repetidos a distintos
ritmos.
Mover lateralmente, la punta de la lengua, al lado
izquierdo y derecho.
Sacar la lengua y levantarla lo más posible y
luego, bajarla al máximo.
En el interior de la boca, llevar la lengua en todas las
direcciones.
Tocar la cara inferior de las mejillas interiores con la
punta de la lengua.
Movimientos giratorios de la lengua, siguiendo toda la
superficie de los labios, primero en un sentido y luego en el
contrario.
Movimientos rápidos de salida y entrada de la
lengua, vibrando sobre el labio superior.
Acartuchar la lengua doblando los laterales de la
misma.
Sacar y meter la lengua alternadamente, primero con
lentitud y luego con rapidez.
Ejercicios de mandíbula.
Abrir y cerrar la boca.
Hacer como si mascaramos chicle.
Imitar el movimiento de bostezo.
Recomendaciones.
Es importante que el niño realice estos
ejercicios de manera divertida, a manera de juego, la
motivación es la principal aliada para el logro de los
objetivos propuestos.
Deben ser lo suficientemente breves para evitar el
cansancio del niño/a.
Acudir a un especialista o terapeuta cuando se tenga
dudas sobre el normal
desarrollo del lenguaje del niño,
él será la persona más indicada para
detectar cualquier problema o anomalía y orientarnos sobre
cuáles son las terapias más
convenientes.
Procesos que se llevan a cabo en la
terapia
-
Se debe realizar diversos ejercicios de
movilización de órganos que intervienen en
producción del habla, especialmente la lengua, labios
y mandíbula.
-
El orientador muestra a la persona un dibujo de la
palabra a pronunciar.
-
El orientador realiza la pronunciación de la
palabra.
-
La persona observa el movimiento labial.
-
La persona pronuncia la palabra viéndose en
un espejo.
El orientador escucha la pronunciación
realizada por la persona.
El orientador corrige su
pronunciación.
La persona realiza el proceso nuevamente.
La memoria influye de manera significativa en el
desarrollo de otras actividades cognitivas, como por ejemplo, en
el lenguaje la memoria ayuda a que una persona pueda almacenar
palabras, reglas, conceptos, etc., que conforman un idioma
determinado, también para mantener la ilación de
una conversación. A su vez puede sufrir alteraciones que
afectan la vida de la persona, como es el caso del
Alzheimer.
El pensamiento es un patrón global que transmite
señales por todo el cerebro, en las cuales interviene la
estimulación del Sistema Límbico, el Tálamo
y la Formación Reticular; el área de
asociación pre frontal se le considera un área de
asociación importante para la elaboración de los
pensamientos. Algunos trastornos del pensamiento se asocian
típicamente con algunos trastornos psiquiátricos
del pensamiento, los cuales se dividen en trastornos del curso y
trastornos del contenido del pensamiento.
El lenguaje es uno de los procesos más complejos
que se llevan a cabo en la corteza cerebral, en el que
están implicadas las áreas de Broca
(formación de las palabras) y de Wernicke
(comprensión del lenguaje), así mismo éstas
áreas se conectan con otras zonas corticales y
subcorticales para hacer posible la producción del
lenguaje y expresión del habla. El lenguaje tiene
dominancia en el hemisferio izquierdo, son pocas las personas en
las que el centro del lenguaje se ubica en el hemisferio derecho.
Las alteraciones en áreas que participan en la
producción del lenguaje pueden provocar diversos
trastornos dependiendo del área afectada. Siendo las
más conocidas las afasias y disartria. Mediante terapias
de rehabilitaciones físicas y psicológicas es
posible ayudar al sujeto a revertir estos trastornos, aunque en
casos muy graves se puede perder tanto la capacidad de
comprensión del lenguaje, así como la
expresión verbal.
García, N., López, A., Sánchez, R.
et. al. (2004). Anatomía de los órganos del
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España: Elsevier.
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Guyton, A. (1987). Fisiología Humana.
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Icardo, J. (2004). Neuroanatomía humana:
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España: Editorial Elsevier.
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Psiquiatría.
Argentina: Medica panamericana.
Worchel, S. y Shebilske, W. (1998).
Psicología: Fundamento y Aplicaciones.
España: Ed. Prentice Hall Iberia.
Autor:
Sheyla Yanina Guerrero Puelles
Universidad Particular De Chiclayo
Facultad De Ciencias De La Salud
Escuela de Psicología
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